El objetivo de esta escritura es observar el rápido crecimiento de la delincuencia en México. Si bien es cierto que algunos funcionarios del gobierno, en todos sus órdenes, han colaborado a su proliferación se trata de un problema mucho más profundo y que tiene sus orígenes desde el seno familiar. Es obligación de las autoridades el frenar y combatir este cáncer, pero es necesario también un cambio de actitud ciudadana, para frenar el avance de esta enfermedad. Ni la policía ni el ejercito podrán detener al crimen cuando son las mismas familias quienes generan delincuentes todos los días.
Las siguientes estadísticas fueron tomadas de la página de la organización México Unido Contra la Delincuencia y de la página de la Secretaría de Seguridad Pública.
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